La estética chicha se remonta a finales de
los años 80's cuando influenciados por camisas estridentes de artistas como
“Chacalón y la nueva crema”, además de cabelleras largas a los lados y corto en
la parte superior, intentaban imitar este nuevo estilo.
En
ese entonces, acudir a un Chichódromo era motivo para llevar la camisa más
colorida y extravagante posible, un look que luego llamarían
"achorado" o "faite".
Todo
este atuendo e imagen estilizados acompañaban el baile peculiar del chichero,
con los dedos índice apuntando hacia arriba como retorciéndose ante algún
acorde de la guitarra eléctrica, muchos indican que los dedos al aire representaban
pistolas; sin embargo, se sabe que en realidad representaban cuchillos, que era
tal vez el arma más usada por aquella época en las duras calles de Lima.
Por
supuesto, toda esta estética provocaría cierto rechazo en la sociedad, pero
esto no hizo más que afianzar y llenar de orgullo al verdadero chichero.
Prueba
de este orgullo se puede ver reflejado en algunos discos como, por ejemplo: ¡Soy
chichero y qué! de Memo y su Grupo Andaluz (1985).
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